jueves, 29 de diciembre de 2011

La increíble historia de Miguelito "el bolas"


Capítulo 6. El día de la banana

Hubo un verano que para sorpresa de todos "la banana" costaba 1€ por barba y era nuestro pasatiempo favorito. Al maldito "bolas" le encantaba ir a subirse y casi todos los días íbamos a echar el rato.
Sinceramente era un grandísimo espectáculo ir a la banana con el bolas....el cabrón nunca podía subirse (reconozco que era difícil subirse) Por eso solo se montaba cuando íbamos acompañados por Manolo, su padre.

Aquel día estábamos preparados para subir. El bolas seguía a su padre como fiel compañero para poder subir en la banana. Siempre se quedaba el último, el puto bolas no era capaz de subirse. Con el salvavidas amarillo flotaba en el agua cual boya. Manolo, su padre, siempre era de los primeros en subir para poder remolcar al bolas. Me gustaba sentarme detrás suya durante el recorrido para ponerle nervioso y tocarle sus mollas (que en esa época tenía, ahora no, y maldigo el día en que decidió adelgazar)
El cabrón siempre me decía: tío esto va rápido ehh. Nunca se soltaba de las cuerdas para no caer al agua, solo se soltaba en un instante, en el instante, en el que el cabrón de la lancha nos tiraba de la banana. Era como un ritual, el maldito bolas siempre hacía lo mismo: empezaba a mirar y decía: tio tio tio nos va a tirar....(se podía sentir el miedo en su voz, miedo a que quizás no podría volver a subir a la banana)
Luego y justo antes de que nos cayésemos al agua se soltaba de la cuerda y se tapaba la nariz, pero de una manera nunca vista, tapándose incluso los ojos; el maldito cabrón no quería que se mojasen porque sino tardaba, más o menos, año y medio en volver a abrirlos.

Una vez en el agua y después de la caída salía conmocionado porque, casualmente, alguien siempre le daba un rodillazo en la cabeza. Era entonces cuando llegaba su peor pesadilla..en mitad del fondo (más allá de la boya) nadaba cual pato mareado esperando a que su papi y fiel salvador le pusiese de nuevo en la baanana.
Una vez en la orilla se quitaba el salvavidas y como héroe sonreía después de haber sobrevivido otra vez más, a la banana.

Siempre recordare un día en el que íbamos a subir. Estábamos en la orilla con los salvavidas puestos cuando llegó la banana, sin embargo solo había tres personas encima, el resto, (unas siete) iban en la lancha...les habían tirado en medio de un banco de medusas....."el bolas" cuando vio eso...no tuvo palabras, sus ojos lo decían todo...no tardó en decir: tío dani, medusas, tío medusasssss, nos van a tirar en medio de un banco de medusass (sólo le falto decir que moriríamos ese día).

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